"Polenina: Más que un nombre, una historia de amor y crecimiento."

¿Te has preguntado alguna vez de dónde viene el nombre de Polenina? Permíteme contarte el secreto, una historia que me conecta con mis raíces y con la fuerza que hoy me impulsa.
Todo comenzó con mi abuelo, Salvador. Desde que era una niña, él tenía una forma especial de vernos a sus nietos: siempre con un apodo cariñoso. Para mí, empezó con "Florecita", luego se transformó en "Polen", ese polvo que da vida a las flores. Pero su ingenio no se detuvo ahí, y con el tiempo, ese 'Polen' se volvió un diminutivo lleno de ternura: Polenina.

Ese nombre, Polenina, no es solo una palabra; es un eco de mi infancia, un recordatorio de esa niña que hoy se ha convertido en la mujer que soy. Una mujer que, como las flores, puede ver caer sus pétalos, pero siempre encuentra la fuerza para seguir floreciendo. Por eso, no hubo duda al elegirlo para mi marca de bolsos: es un tributo a esa conexión profunda, a ese amor incondicional que mi abuelo me regaló.

Él fue una persona fundamental en mi vida, mi "Chavadoch mosho peshoso" (sí, yo también tengo mis apodos cariñosos para él). Hoy, cada bolso Polenina lleva consigo un pedacito de ese amor, un recordatorio de que siempre hay belleza en el florecer constante. Gracias, abuelo, por tanto amor y por cuidarme. Te quiero mucho tu POLENINA.